Tomar decisiones, fáciles o difíciles. Esa es la cuestión.
Hace unos días pregunté en el grupo de La charla alguna sugerencia para tratar en el Reflexiona + y hacerlo juntas.
Y Ana me planteó lo siguiente: Atreverse a tomar la decisión de dejar su trabajo actual donde está bien y todo está bien, por la posibilidad de ascender en otro lugar y mejorar así su vida, pero con el miedo lógico de no saber si la b), es la mejor opción, es la que esperamos, es la que necesitamos o es tal como nos la han pintado. (Spoiler: NO LO SABREMOS NUNCA).
Tomar decisiones que cambien nuestra vida cuesta mucho. Tomar la decisión de cambiar de trabajo cuando a priori todo está bien y funciona, es de valientes, (que pueden acertar o no).
Ana, quiero decirte que OLE TU ya solo por el hecho plantearte un cambio, de plantearte la posibilidad de mejorar (de saber que se puede!), de no querer conformarte, de aspirar siempre a lo mejor.
Porque en el trabajo pasamos un tercio de nuestro día. UN TERCIO!! Porque cuando tenemos buen ambiente, buenos compañeros, buen sueldo, buen horario y el trabajo nos gusta parece que no podemos pedir más, que eso sería todo y hay que dar gracias y conformarse. Pues dar las gracias sí, pero conformarte no, si no quieres claro.
Por desgracia no hay tantos trabajos que cumplan todas esas buenas condiciones que nos hacen la vida más agradable, y tenemos tendencia a mirar hacia ese lado, y pensamos, cuanta gente querría estar en mi lugar. Y cuanta gente hay que tiene que aguantar en un trabajo con todo en contra. y es entonces cuando le damos la mano al miedo, frenamos el paso y pensamos y nos creemos que aspirar a algo más es ser demasiado ambiciosa.
Nos falta creernos que PODEMOS aspirar a a TODO y a más, y que como mínimo, tenemos el derecho a dudar, buscar alternativas y tomarnos el tiempo de valorar todas las opciones posibles para decidir a nuestro favor.
La vida es una rueda que nos va brindando oportunidades y desafíos todo el tiempo sin parar. A veces estamos tan concentradas en otras cosas que tiramos, tiramos, tiramos y no vemos la dificultad o la fortuna que atravesamos. Otras veces sin embargo, nos atascamos, sentimos el miedo y la responsabilidad en las que dar un paso al frente es todo un reto.
Y es que somos un bonito cóctel de taras, experiencias que nos marcan y emociones por gestionar que se mueven según el momento en el que estemos, lo que necesitamos y cómo nos sentimos ante la posibilidad de elegir.
Porque cuando no tomas una decisión también estás eligiendo. Abres y cierras puertas a cada paso. Y cada decisión abre un abanico inmenso de posibilidades futuras que irán dando o descartando conforme vayas atreviéndote a caminar.
¿Y si fuéramos Ana qué haríamos? Lo cierto es que solo lo puede saber Ana, porque solo ella se conoce, sabe en qué momento se encuentra y es la única que tiene toda la información y los detalles para lanzarse o quedarse como está.
Y yo le decía: En el fondo, fondo, fondo lo sabes.
De hecho, una amiga mía hace unos meses estaba en una situación similar. Consultó con su hermana, su marido y su madre. Todos opinaban que no había mucho que pensar, todos elegían el nuevo trabajo, la opción B. Creo que incluso hizo una lista de pros y contras, que apoyaba también esta segunda opción. SIN EMBARGO, ella seguía insegura dándole vueltas. Y me consultó justo antes de tomar la decisión que se inclinaba por esta opción también.
Le dije: ¿Pero tú que es lo que quieres? En el fondo, fondo, fondo lo sabes.
A los 10 minutos esa nube de su cabeza se disipó como por arte de magia y lo vio claro. Quiso quedarse en la opción A. No eran las mejores condiciones y por eso se planteó cambiar, esto sirvió para mejorarlas un poco, aunque no suficiente. Pero es que sobre todo, era donde ella quería estar, ella se quería quedar.
Pienso que las decisiones difíciles son aquellas que nos dan mucho vértigo porque lo desconocido y la incertidumbre aterran, o nos supone dejar atrás algo que amamos o hemos querido o nos ha hecho bien o nos da dado paz, seguridad o bienestar.
Son difíciles porque sentimos miedo a equivocarnos y el miedo paraliza. Quizá la solución es recabar más información que nos permita tener más razones y argumentos, o esperar, esperar el momento idóneo.
Las decisiones fáciles a veces tampoco lo son, pero nos pueden las ganas, la ilusión y el creer que merecemos más y que nada puede salir mal, y el convencimiento de que si sale mal, lo arreglaremos. Porque lo que lo que al principio puede parecer un error, con el tiempo es una lección, un lugar nos lleva a otro, y a otro, hasta que nos queramos quedar. Por eso está bien lanzarse y atreverse a mejorar nuestra vida.
Si no es ahora, no hay prisa, todo llega cuando tiene que llegar.
Estoy segura de que Ana tomará la mejor decisión, sea cual sea, porque sabrá qué es lo mejor para ella en este y cada momento.
ME HA ENCANTADO reflexionar sobre este tema que a priori no tiene que ver con mi situación personal, pero en el fondo sí, porque las decisiones las tomamos todos.
Por eso, me gustaría dejar mi email para que me plantees un tema personal con el que poder reflexionar juntas: positivelittlesoul@gmail.com.
Yo tengo mucha suerte de tener conversación directa con mis lectoras, pero me parece interesante que si os animáis a comentar en este artículo, todas podamos nutrirnos de los puntos de vista de cada una. Para este y cualquier tema.
¿Qué te parece?
¿Qué harías tu/o qué hiciste en su momento en una situación similar a la de Ana?
¿Sabes que estoy de promo para que no dejes de invertir en ti?
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Recuerda, esta promo termina el 31 de enero. YA MISMO.
Espero que este Reflexiona + te sirva, te ayude o te inspire (Comenta, reacciona o reenvíalo si te apetece, me encantará que lo hagas).
Totalmente de acuerdo en que la decisión es personal, y como tal, es ella quien tiene que decidir. Para ello es importante hacerse preguntas, ¿Qué quieres? ¿Qué es lo que más valoras? ¿Cuál es tu objetivo?... Saber qué piensan tu familia y amigos puede ayudar, cierto, y también nublar el criterio para decidir, así que, cuánta más información tengas sobre ti, lo que tienes, lo que buscas y si con esa decision lo tendrás, menos complicada será ver en el fondo qué quieres.
En el caso de un cambio de trabajo, puede ayudar el hecho de preguntar a algún trabajador interno, o aclarar esas dudas durante la entrevista y que te facilite ver si tienen eso que valoras y buscas y/o cómo lo pueden ofrecer.