Estoy leyendo un libro. Y es de esos libros que recordaré aunque pasen los años.
De nuevo me he conectado con la lectura (bendito #diariodehábitos) como hacía tiempo y creo firmemente que los libros (por el trabajo y tiempo que emplean los autores en ellos) están creados para cambiarte la vida, la perspectiva, ampliar tu campo de visión e incluso darle la vuelta y hacerte crecer. Leas lo que leas no debe dejarte indiferente jamás.
Con las primeras páginas de este libro pensaba que no estaba entendiendo nada. Después todo empezó a encajar.
Y antes de continuar quiero preguntarte algo:
¿Cuanto tiempo dedicas al día a pensar mal, a criticarte y a criticar, a opinar con desprecio (y desconocimiento) sobre todo lo que te rodea y más?
“La mente humana es como un campo fértil en el que continuamente se están plantando semillas. Las semillas son opiniones, ideas y conceptos”
Y es así de simple:
Tu mente es tu campo. Solo tuyo. Y nadie puede entrar ahí a sembrar si tu no quieres.
Como es tu campo, tu eliges qué plantar. Porque tienes el poder de decidir qué quieres que florezca en ti.
Las palabras; lo que decimos, lo que nos dicen, pueden cambiarlo todo, para bien o para mal. Y para siempre. Son una responsabilidad.
Ser consciente es la herramienta que necesitas tanto para decidir qué palabras usas como con quien. Y qué palabras se siembran en ti y por qué.
Cuando eres consciente de todo esto, tan simple y tan complejo, te das cuenta que no es que debas medir tus palabras que también, sino que esto es un círculo vicioso muy profundo dentro de ti.
Así piensas, así sientes, así hablas, así te perciben, así te percibes, así eres, así te muestras, así compartes y así te nutres de fuera hacia dentro y al revés.
Por eso, he querido echar la vista atrás. Me he dado cuenta que ya desde hace tiempo me siento muy bien por dentro en este sentido. Y es que tomé de forma sutil e inconsciente varias decisiones, pequeños hábitos saludables que he ido manteniendo en el tiempo sin darme cuenta y que son muy importantes.
He elegido con quien compartir mi tiempo, desechando a quienes tenían semillas en mal estado, o podridas o directamente envenenadas. No he hecho nada especial para alejarlas de mi camino, solo he detectado a quienes SÍ tienen semillas de calidad, me he enfocado en ellas y las he mantenido conmigo, y no he dejado tiempo y espacio para nadie más.
Evito las noticias, me contaminan, me entristecen el alma y no me animan a querer ser mejor, sino todo lo contrario, pierdo la esperanza con el mundo. Solo enfocándome en lo que merece la pena cojo el impulso de querer aportar en positivo, hacer un mundo mejor. Lo bueno atrae a lo bueno.
He dejado de opinar gratuitamente, sobre todo hacia los demás, a nadie le importa mi opinión sino me la han pedido. ¿Entonces para qué dedicar mi tiempo a crearme una opinión sobre una cuestión de la vida de alguien que en realidad ni me importa ni me afecta?
Si opino, siempre en positivo. Estamos aquí para aportar, para crecer, para darnos luz y aliento, no para echarnos tierra. Por eso, cuando doy una opinión siempre en clave positiva y constructiva, aun cuando no deba de ser así, siempre podemos dar la vuelta para quedarnos con lo poquito de bueno que haya, y resaltarlo, porque es ahí donde nos queremos enfocar.
He rebajado al mínimo el nivel de boicoteo. He comprendido como funciona mi diálogo interno y le he dicho cuatro cosas, para que no me mienta y no me desanime. Ahora nos llevamos mucho mejor y yo me siento más feliz.
Y no lo hago todo perfecto, ni quiero. A veces no puedo evitar criticar algo o alguien, creo que esa condición va con nuestra especie. Pero, es verdad que cada vez lo hago menos porque no me ayuda, me quita tiempo y energía y me termino enfocando en los fallos, equivocaciones o en la forma de vivir de alguien que no soy yo, y eso no me lleva a ningún lado.
Me he dado cuenta somos tan responsables de nuestros actos como de nuestras palabras. Que el quid de la cuestión y el primer acuerdo de este libro es: Se impecable con tus palabras.
Porque en el momento que asumes como propósito este primer acuerdo, al menos yo, sientes como que te limpias por dentro, porque te has comprometido y responsabilizado en SER IMPECABLE con las palabras (las que piensas y las que dices) para ti mismo por supuesto y para los demás también.
Que si te auto impones esto como insignia de vida, “nada” puede ir mal, porque estás generando y retroalimentando el bien en ti y hacia los demás.
Yo quiero ser impecable con mis palabras porque quiero hacerlo bien conmigo y con todos los que me rodean, también con aquellos que se lo merecen menos, porque como yo piense, hable y actúe dirá como soy yo. Si insulto a alguien o lo trato con desprecio, la otra persona “no es la gilipollas”, soy yo porque me salga hacerlo y atreverme a tratar así a alguien. ASÍ HABLO/TRATO A LOS DEMÁS, ASÍ SOY.
Por tanto, voy a “esforzarme” por pensar como quiero, sin intoxicarme de los demás, enfocándome en lo que nazca de mi esencia, en lo bueno, en lo positivo y en que lo que diga y piense tenga sentido y coherencia para que sirva al de enfrente.
Y cuando actuas así, atraes y promueves que los demás actuen de la misma manera (no es magia, requiere de una consciencia y trabajo previo, pero tu con tus palabras y tus actos estás poniendo a su disposición unas semillas de la mejor calidad, si ellos las ven, las querrán para si mismos).
Y por eso, y a pesar de que la vida tiene sus cosas duras y difíciles, estoy consiguiendo promover tanto bueno a mi alrededor y veo resultados que me hacen terminar los días con una sonrisa de oreja a oreja. Porque yo me he llenado de semillas propias de la mejor calidad, para abonar mi pensamiento y elegir las mejores palabras que me sirvan a mí y a los demás. Y voy recibiendo lo mismo. (MARAVILLA)
El libro del que te he hablado se llama Los cuatro acuerdos. Y este solo es el primer acuerdo. Y fíjate para todo lo que da. Seguro que tu sacas tus propias reflexiones.
Espero que te haya animado a elegir la calidad de tus semillas, que determinarán la calidad de todo lo demás en tu vida.
Gracias por leerme y se impecable con tus palabras.
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Gracias Laura, me ha llegado directo al corazón. Millones de gracias ❤️❤️❤️❤️
Gracias Laura por tus palabras y reflexiones acerca de este acuerdo. Qué necesario revisar lo que estoy poniendo en mi mente con lo que me digo y con lo que escucho fuera. Justo por un tema que estoy viviendo ahora, estaba en estareflexión. ¿Cómo dejo que me afecte mi propio miedo y el de los demás? ¿Qué me digo respecto a eso? Gracias