Todos hemos sentido esa sensación de vacío alguna vez, pero quizá no hemos sabido identificarla antes. Al menos yo no.
Yo he tardado 36 años en ponerle nombre, aunque también es verdad que el vacío que siento desde hace un año y casi dos meses no es comparable con NADA.
Pero pensando en cómo enfrentarme a este artículo y hablar de ello, me he dado cuenta de que el vacío es pérdida y perdemos muchas más veces de las que nos damos cuenta. Hay vacío cuando personas que están en nuestra vida dejan de estarlo y se van, desaparecen o somos nosotras quienes nos vamos.
Perdemos amistades, parejas, trabajos, estilos de vida.
Y ahora digo perder porque dejan de estar, porque a veces cuando dejamos ir estamos ganando paz o bienestar.
Cuando ya no queremos a nuestra pareja y llevamos con ella muchos años, y tomamos la difícil decisión de dejarlo atrás. Llegará el momento en el que nos sintamos plenas, felices y satisfechas por esta decisión aunque en el momento no sepamos ni queramos verlo. Pero como casi todas las decisiones de este tipo, supone un cambio, una pérdida, un vacío que hay que saber gestionar y reestructurar en nuestra vida.
Todas las pérdidas, todos los cambios, deben traer consigo la ACEPTACIÓN de que las cosas ya no son como eran.
Muchas de las personas que queremos o hemos querido en algún momento de nuestra vida y dejan de estar en ella, trae un vacío grande cuando se van, aunque hayamos querido que se vayan o no, pero es así.
A veces es más fácil de salvar esa situación y otras no tanto. Pero perdemos y ganamos personas casi cada día o cada año. Pero como no es un intercambio de personas, hay que gestionar lo que perdemos cada vez.
Cuando esa pérdida es una separación elegida por ambos o por alguno de los dos, al final, casi con toda seguridad ese vacío se llena, se cambia, se suple, se compensa con otra persona que es que llene ese hueco, simplemente lo invisibiliza llenando otro mayor.
Cuando esa pérdida es para siempre, el vacío también lo es. Y ayer fue un día de esos en los que quise sentir la perdida, “disfrutar” si es que se puede decir así, de pensar en ella aun con el dolor que supone darte cuenta que no está, ni estará ni nos volveremos a abrazar.
Me puse música melancólica y eché algunas lágrimas. (Soy muy llorona pero mi vida hoy me deja poco margen para derrumbarme).
Escuché en bucle dos canciones: Si tu no vuelves de Miguel Bosé cantada por Mónica Naranjo. Creo que como casi todas las canciones va dedicada a un amor, pero qué queréis que os diga, yo podría cantársela perfectamente a mi madre.
“Y cada noche vendrá una estrella a hacerme compañía,
Que te cuente cómo estoy y sepas lo que hay….
Si no vuelves no habrá vida, no se lo que haré”
La segunda canción fue En cambio no, de Laura Pausini, dedicada a la pérdida de su abuela. Tremenda.
Ayer como pocas veces, me permití ponerme triste, pensar más en ella, en mi madre y recordar sin querer muchos momentos de mi infancia con ella que tenía súper olvidados. Fui consciente, y cada día más (por suerte y por desgracia) de la niña feliz y tremendamente amada y afortunada que fui.
Quizá tu no hayas perdido a tu madre. Pero sí a tu padre o al revés. O quizá aun a ninguno de los dos. Lamentablemente (y no quiero ser yo quien te lo diga) nadie habla de esto, ni a mi tampoco me gustaría, pero ese momento siempre llega. Solo puedo decirte que DISFRUTES de cada SEGUNDO. Que puedas mirar atrás y no te arrepientas de haber estado demasiado distraída o cansada. Con todas aquellas personas que quieres y te importan: padres, pareja, hijos, mejores amigas.
Quizá has perdido a una pareja o una o varias amigas, y haya sido una pérdida metafórica, simplemente ya no forman parte de tu vida. Quiero decirte que esto también duele. Y hay que hablar de ello.
En cualquiera de los casos, si sientes vacío, hay que ponerle palabras, a veces lágrimas, dar respuestas y sentido a todo lo que ha pasado, entenderlo; o simplemente aprender a asumirlo y aceptarlo.
Yo siempre siempre siempre recurro a mi mejor amiga para sacar todo esto pero a veces no es suficiente, o no se puede estar dando la turra siempre con el mismo tema o simplemente no hay ese tiempo para sacar todo lo que necesitas.
Ayer, después de 3 años, volví a ver a mi psicóloga. Gestionar una pérdida, un vacío, un duelo, una vida sin esa persona no es fácil. Los roles cambian, las rutinas, las conversaciones, todo cambia.
Y hay que pedir ayuda, aunque sintamos que podemos con todo, o que nos veamos aparentemente bien, o aunque le pase a todo el mundo. HAY QUE GESTIONAR CADA COSA QUE NOS PASA, y cuando no sabemos solas o no sabemos cómo hacerlo, hay que pedir ayuda. Así de simple y de sencillo.
No dejes para mañana todo lo que puedas charlar, abrazar o llorar hoy. Sientete feliz por TODO lo que tienes y disfrútalo mientras lo tengas. Los momentos son eternos mientras nos mostramos presentes y conscientes de ellos.
¿Te lo prometes?
Y si quieres empezar a encontrar tiempo para ti, y los tuyos, y mucho más, mi primer y precioso libro es el perfecto punto de partida: El pequeño libro del autocuidado.
Recuerda que me tienes al otro lado, siempre por email: positivelittlesoul@gmail.com
Como cuento en mi curso Detox digital en 7 pasos, hay que poner en segundo grado las redes sociales (que nos manejan como quieren) aprender a balancear nuestra vida online y offline y quedarnos con lo importante y útil de los dos mundos, no te la pierdas.
Pronto estará disponible al público la increíble Masterclass Pasa a la acción (de una vez) para que agarres el toro por los cuernos.
NUEVO EPISODIO DEL PODCAST: 14. ¿Cómo se encuentra el propósito?
Espero que empieces y termines el día como te mereces.
¿TE HA GUSTADO? ¿TE HA SERVIDO? Cuéntamelo, cuéntaselo a tus amigas, guárdatelo y comparte. No sabes lo que significa ese pequeño gesto.