Imagina que hay algo que puede hacerte sentir mejor DE VERDAD, que puede mejorar tu vida DESDE EL MINUTO 1 y está en tu mano.
¿En serio? Si! En serio.
Antes de decirte qué es, aunque te lo imaginarás porque eres muy lista, me gustaría preguntarte otra cosa que a priori no tiene nada que ver.
¿A que sabes usar al menos el 90 % de los electrodomésticos, utensilios, plataformas y dispositivos que hay en tu casa?
(Vitro, microondas, tablets, Netflix, mandos, TV…)
¿Crees que es de sentido común que si algo te hace la vida fácil lo quieras, aprendas a usarlo y te lo quedes para siempre?
Es importante, que una vez que te das cuenta de esto, asumas el control y más que empezar a “controlar” comiences a gestionar todo lo que de verdad va a facilitar tu vida.
Por eso me parecía tan interesante como útil empezar esta sección de Gestión emocional desde cero, y que si ves importante y útil saber usar la vitro o Netflix, caigas en la cuenta de que es mucho, pero que mucho más útil e importante aprender de las emociones que están dentro de ti y sin saberlo rigen tu vida y la cambian.
Cero suele ser nuestro nivel de inteligencia y gestión emocional desde que nacemos, pasamos por el colegio y llegamos a la edad adulta. A la vez que sobrevivimos, vamos desarrollando un poco de lucidez y algunas estrategias gracias a los choques de la vida y con las personas que nos relacionamos, por interés común o propio y también por intuición y propia iniciativa pero sin indagar más de lo necesario en este asunto.
Las emociones nos hacen recordar, nos anclan a un momento y recuerdo concreto y podemos sentir exactamente lo mismo aunque hayan pasado años de este momento.
Nos inundan las emociones, chocan con las de los demás y lo hacemos todo lo bien que sabemos sin saber hacerlo mejor.
Ojalá más gestión emocional y menos raices cuadradas…
Haciendo un poco de balance emocional a lo largo de mi vida, me doy cuenta de que de lo que no se sabe no se puede hablar porque no existe (para nosotros) o no se encuentran las palabras.
Y la propia PNL (programación neurolingüística) explica que por mucho que a veces logremos poner todas las palabras, siempre quedará un espacio respecto a la inmensidad que puede albergarse en nuestra cabeza con un solo pensamiento.
Pero sin duda alguna, cuanto más sepamos de lo que sentimos, y más recursos tengamos para poder expresarnos y ponerlo en palabras, mejor podremos entendernos y afrontarlo, y ese es el camino.
De la infancia a la preadolescencia, la adolescencia, la juventud y en la madurez se pasan por millones de etapas, de circunstancias, de estallidos, y mini crisis por no saber identificar y gestionar qué estamos sintiendo, cómo lo sentimos y cómo transitarlo.
Así que el objetivo de Gestión emocional desde cero es aprender a reconocer, identificar, sentir sana y plenamente y gestionar nuestras propias emociones y no solo eso, intervenir cuando sea necesario para evitar los secuestros emocionales y actuar siempre que sea posible, a nuestro favor.
No quiero dar nada por sentado y has de saber que:
No hay emociones buenas ni malas. Quizá sea más justo identificarlas como agradables o desagradables.
Todas las emociones nos traen información o un mensaje, que hay que saber escuchar para gestionar adecuadamente.
No es conveniente reprimir, ignorar o huir de las emociones. No se van a desvanecer, no se van a diluir, no van a desaparecer. Casi con toda seguridad, van a almacenarse dentro de ti, van a permanecer ahí haciendo una pequeña gran bola que tarde o temprano querrá/tendrá que salir. Por eso, es incluso más
importante prestar atención a estas que pueden resultarnos desagradables.
Todas las emociones nos ayudan, si son acordes a las circunstancias y las sentimos de forma proporcionada y temporal.
Porque las emociones son cortas e intensas. Aparecen como respuesta a algo que
ocurre fuera o dentro de nosotros, producen cambios fisiológicos y en base a ellas actuamos de una manera u otra.
Les emociones a priori, nos protegen (el miedo del león, del ridículo, del fracaso. El asco de peligros que puedan comprometer nuestra salud).
Qué nos suele ocurrir:
No dedicamos tiempo ni atención a nuestras emociones.
No nos cuestionamos que tengamos algún poder sobre ellas.
Y el primer paso es la consciencia.
Como este es un tema amplísimo que vamos a ir desenmarañando juntas, te propongo un juego, que yo misma voy a poner en práctica conmigo misma y con mi hijo mayor en casa esta semana.
Para eso, te facilito la rueda de las emociones que habrás visto mil veces, pero que seguramente no habrás usado.
JUEGO
Te animo a que en los próximos 7 días (empieza por hoy, no te agobies) uséis la rueda al menos 1 vez cada día para identificar cómo os sentís en un momento concreto del día.
Usa tu memoria para evocar un recuerdo que seguro traerá una emoción. Permítete recordarlo con todo lujo de detalles y así volver a sentirte como te sentías.
Comparte algún hecho del día con tu familia que te traiga una emoción.
Empieza por el centro de la rueda y elige qué emoción básica es la más acorde con cada uno de los recuerdos. Felicidad, tristeza, asco, miedo o ira. Y ve hacia fuera.
Otra forma de hacerlo es la siguiente: Traer al presente un recuerdo/hecho/experiencia por cada emoción y ahondar hasta poder avanzar a la última parte de la rueda.
MIEDO: Este día, pasó esto, y me sentí _______ estaba como______
TRISTEZA:
ALEGRÍA/FELICIDAD:
Si lo haces en compañía te darás cuenta cuantas cosas en común alrededor de una misma emoción.
Cuanto más se parezcan las palabras a lo que sentías más huecos vacíos estarás llenando, mejor te sentirás, y quizá, como yo, tengas una información más completa sobre lo que ocurrió, por qué y cómo lo transitaste y cómo lo gestionas ahora desde este prisma y lugar, el aquí y el ahora.
Es un recurso muy amable para usar con hijos y saber más de aquello que les cuesta contar.
Y es aún más amable que lo uses contigo. Priorizánote, dedicándote el tiempo.
Estoy deseando que me cuentes.
Qué tengas un maravilloso día y te atrevas a identificar todas tus emociones, será como poder poner nombre a distintas partes de ti que estaban ahí pero no lo sabías.
Sois cientos de mujeres las que han empezado a abrir la mente, eliminar lo que sobra y tomar mejores decisiones, ¿Quieres empezar tu también el cambio? Regálate mi libro :) Y mañana te llega a casa, y si lo regalas y escríbeme, TENGO ALGO PARA TI. (¡Solo HASTA HOY!)
¿Te ha gustado esta newsletter? 🙋 Si es así, y te gustaría apoyarme y ayudarme a crecer, puedes hacerlo de dos maneras:
Haz una captura de pantalla de tu parte favorita y compártela en stories mencionándome (@positivelittlesoul).
Reenvía este mail a cuantas amigas quieras, se generosa 😉😉 y comparte con ellas tus reflexiones 💕