Tienes que poner límites.
Y encontrar esa sensación interior de “POR AQUÍ SÍ ES”.
El otro día leía un post que decía:
Por tu salud mental está bien:
Cancelar planes.
Poner límites.
Terminar amistades.
Descansar.
Cambiar de opinión.
Llorar.
Darse un tiempo.
Y digo yo, hacer esas cosas cuando quieras hacerlas no sería SIMPLEMENTE SER TU MISMA?
En qué momento se ha normalizado que lo importante y lo prioritario sea REPRIMIRNOS, COHIBIRNOS, NO SER TAL CUAL SOMOS solo por el hecho de AGRADAR, ENCAJAR, NO MOLESTAR, NO SALIRNOS DE LA RUEDA?
Uno de mis temas estrella en sesiones de coaching son los Límites.
¿Dónde empiezas tú, tu bienestar, tus preferencias, tu vida, tus decisiones y dónde empieza todo lo demás?
¿Por qué nos cuesta tanto poner unos límites SANOS que nos hagan sentir BIEN conforme a cómo sentimos y nuestra forma de ser?
Como todo en la vida que es nuevo o desconocido, da miedo, cuesta.
Pero como CAMINAR, se comienza con el primer paso.
Poner límites hace más rica tu vida, simplemente por el hecho de que al ponerlos, VAS A PODER VIVIR TU VIDA DE ACUERDO A TI MISMA, vas a poder observar y aprender mucho más del resto.
Los límites son CHIVATOS que nos advierten. Son esas líneas rojas que nunca quisiéramos atravesar.
Donde no haya comprensión o empatía al cancelar un plan o cambiar de opinión, ahí no es.
Donde no te sientas segura para llorar, ahí no es.
Donde no te atrevas a crear tiempo y espacio para ti, ahí no es.
Donde no puedas ser absolutamente tu, tan especial y auténtica, AHÍ NO ES.
Yo también he tenido miedo, miedo a no encajar, miedo a mostrar mis carencias, mis debilidades o a mostrarlas y sentirme rechazada o excluída.
De unos años a esta parte no he crecido en número de amigos, pero sí en autoestima y he comprobado lo bien que sienta PODER SER TAL CUAL TE SIENTES todo el tiempo.
Ya no temo que se me malinterprete por Whatsapp, que no se me entienda, o que no respeten mis NOes. A todo eso, digo GRACIAS porque es la guía que me indica aquello que debe quedarse en mi vida y lo que no, lo que merece la pena y lo que no.
Porque cuando llega ese momento en el que te sientes tan a gusto contigo misma todo el tiempo, resulta mucho más sencillo “limpiar” el camino, el entorno, las situaciones y las amistades, y te das cuenta que TODO LO QUE SE QUEDA es lo que tiene que quedarse, y te sientes plena.
Empieza a poner límites, refuerza los que ya tienes, revisa los que te hacen sentir incómoda y sigue adelante.
Que lo que te guíe sea esa sensación interior de “POR AQUÍ SÍ ES”.
¿Cómo empezar? Como siempre, con tu libreta de introspección, escribe:
¿Qué cosas te incomodan?
¿Cuál sería una primera acción o un límite que te haga sentir bien?
Espero que este Reflexiona + te sirva, te ayude o te inspire (Comenta, reacciona o reenvíalo si te apetece por Whatsapp o a tus amigas, me encantará que lo hagas).
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