Anoche hice pasta con tomate para mis chicos y para mí. Y aunque suelo pesarla, siempre echo un puñado más. Por si acaso. Nunca me quiero quedar corta con la pasta.
El caso es que nos eché un buen plato a cada uno. Y sobró un poco más en la olla. Casi lo había clavado.
Cuando mis peques terminaron, me dio pena dejar esa pasta en la olla y me la eché toda. Casi otro plato. La verdad es que ya estaba llena, satisfecha, (yo con la pasta no tengo fin) pero ya había comido un montón y encima rapidísimo para poder atenderlos a ellos.
En mi cabeza sonaban dos voces, no logro escuchar bien lo que me dicen, pero sí entiendo su mensaje.
Cómetelo todo. Acábatelo, puedes hacerlo. Tienes hueco. No pasa nada. Está riquísimo. Y así no se tira. Así habrás calculado bien. Ya “te cuidarás mañana”. Come. Come con ansiedad.
Ya has comido suficiente y lo sabes. Lo has disfrutado así, y la decisión de cuidarse está en cada momento. Comer sin ansiedad. Comer y disfrutar. Tu eliges. Comer más de lo que puedes y en realidad quieres te va a hacer sentir mal. También lo sabes.
Se que este dialogo interno es complicado y es solo un ejemplo, totalmente alejado de cualquier TCA.
Frené este dialogo interno y tiré lo que había en mi plato cuando quedaba poquito. Y me sentí bien. Muy bien. Me escuché a mi misma.
Me pasa también con el deporte, otros hábitos saludables o proyectos que me ilusionan pero que me cuesta ponerme por distintas razones.
Hacer una rutina de ejercicio:
Una voz me anima a seguir en piloto automático, a hacer lo mismo de siempre, NADA. Me hace ver todo lo que hay por hacer en casa, todas las otras prioridades que tengo. La lavadora no es una de ellas, pero hay que hacerlo. Si te vas a hacer ejercicio, todo se quedará sin hacer para cuando vuelvas. Y total, si no eres capaz de engancharte al deporte, hacer ejercicio un solo día no sirve para nada. Qué pereza. Si sabes que no eres capaz, el deporte no es lo tuyo ni es para ti. Estás bien como estás. Con lo que cuesta arrancar, sudar, qué calor. Mejor quédate en casa, y pon esa lavadora.
Sin embargo, hay otra voz, que suena más bajito y que en realidad sabe lo que quiero, pero como es nuevo, o no tengo costumbre cuesta más. Quieres hacer deporte, quieres moverte, quieres verte capaz, sentirte capaz, porque eres capaz. Quieres adquirir el hábito de dedicarte 30 minutos cada día, disfrutarlo. Quieres verte mejor, quieres ponerte el bikini y sentirte orgullosa de decidir cada día moverte. Porque aunque tu cuerpo se vea igual o muy parecido, cuando haces deporte, un día sí y otro también, te sientes más fuerte, más poderosa. Así que venga, ponte la ropa de deporte y sal, SAL SIN PENSAR, sal sin mirar atrás. Cuando vuelvas, muchas cosas seguirán sin hacer, PERO no son prioritarias, y las harás. Qué más da que las hagas a las 8.00 que a las 12.00. Sin embargo, si no sales a moverte AHORA, vas a sentirte mal todo el día por haberte fallado, por no haberte escuchado, por no haberte hecho caso. Quieres ALGO, ve a por ello. Solo piensa en hoy. Habrá una voz que no quiera que te sientas mejor, porque si no esa voz dejará de existir y no quiere desaparecer. Tu eliges el volumen al que escuchar cada una de las voces que están en tu cabeza, que son las voces de tu conciencia, de tu ego, de tu yo interno.
SI QUIERES de verdad HACER ALGO. Sube el volumen a la voz que te impulsa y busca herramientas, estrategias y apoyo para ARRANCAR.
Cuando haces caso a esa parte de ti que quiere lo mejor para ti, tu te vuelves IMPARABLE, porque empiezas a escuchar a tu yo más profundo, te sientes mejor, te ves mejor, y es una rueda que va cogiendo velocidad y no frena.
Agosto es un mes raro. No hay rutinas, no hay horarios, no nos miramos tanto. Sin embargo, septiembre está a la vuelta de la esquina.
Piensa en tus dos voces. Piensa en todo aquello que quieres hacer, como cada enero, cada septiembre, y CAMBIA lo que pasa siempre. Pon de tu parte.
El lunes 28 de agosto a las 10.00 haré un directo en Instagram para poner un poco de orden y claridad en todo esto y PLANIFICAR SEPTIEMBRE. Quedará grabado. Tanto si puedes estar como si no, déjame tus talones de aquiles, tus dudas y tus objetivos y los veremos en el directo (mi mail: positivelittlesoul@gmail.com).
Además si estás en el directo (y me lo pides después), te llevarás la Guía de planificación que he preparado para el directo. Sencilla pero eficaz. Muy útil para releer siempre que la necesites.
Otra novedad antes de irme: Ya tengo Canal de difusión en Instagram, ahí voy a estar más activa que por stories porque me motiva mucho que sea un contenido que llegue al 100% de las personas que estén al otro lado.
De momento, os he compartido AUDIOS muy personales (y seguiré).
Recomendaciones (cosas que me flipan) de cremas y series.
Frases para reflexionar juntas.
Y lo que me vaya apeteciendo.
Tengo más que contaros, pero no quiero que olvides el tema principal de este Reflexiona:
Piensa en tus dos voces. Piensa en todo aquello que quieres hacer, como cada enero, cada septiembre, y CAMBIA lo que pasa siempre. Pon de tu parte.
¿Qué puedes hacer hoy para lograrlo?
Lo difícil de tu voz interior es decidir qué parte del parloteo es el piloto automático de pensamientos que forman parte de tu proceso de pensamiento habitual y qué pensamientos son los de tu verdadero yo hablándote. Todos tenemos este parloteo en la cabeza, que no es más que una repetición de todas nuestras viejas creencias/patrones y hábitos. Podría decirse que la mayoría de nuestras creencias y hábitos no son nuestros o son tan antiguos que ya no nos sirven.
Debes empezar a ser consciente de tu cháchara, pienso yo.
Algunos aspectos:
1. Cuando surja un acontecimiento o una situación negativa (que sabemos que acabará ocurriendo) - Escucha el parloteo de tu cabeza. ¿Vuelves a tu piloto automático habitual de "Por qué a mí" o "Estas cosas siempre me pasan a mí"?
Pregúntate: ¿cuál es la creencia sobre la situación? ¿Es una creencia mía o es una creencia que ya no me sirve?
Muchas de nuestras creencias son pensamientos subconscientes de la infancia, que para empezar no eran nuestros pensamientos/creencias, y es hora de purgar esos pensamientos y crear una nueva historia.
2. Cuando se produzca un acontecimiento o una situación negativa, pregúntate ¿Qué puedo aprender de esta situación/evento? ¿Qué cambios puedo hacer? Todo es un momento de enseñanza y aprendizaje. Míralo todo en su conjunto: lo que ahora parece malo suele tener un final más brillante.
Por ejemplo: Tengo una amiga que perdió su trabajo de 14 años y se sentía derrotada. Pasó por el típico: ¿Por qué yo? ¿Qué hice mal? etc. Pero cuando miramos el panorama general pudimos empezar a ver nuevas oportunidades y posibilidades. Cuando dejamos de centrarnos en lo que "no podemos" controlar, como la pérdida de su trabajo, y nos fijamos en lo que ella podía hacer, descubrimos un montón de nuevas opciones. El resultado: Unos años más tarde dirigía su propio negocio, que era uno de sus sueños.